Realmente, esto es lo que ocurrió. Toda una carambola del destino, el azar, y ese Black Friday, con una oferta que no podíamos rechazar, tras descartar Valencia por los disparatados precios de los alojamientos. Malasia, un destino exótico del sudeste asíatico muy asequible que lo tiene todo: modernas y futuristas ciudades, playas paradisíacas de arena blanca y palmeras en las que relajarse, paisajes de postal, y junglas, bosques de palmeras y lugares inexplorados y salvajes. Naturaleza en estado puro.
"“Viajar implica sacrificar cierta comodidad, algo que puede ser tan imperfecto como quedarse quieto en casa”
Índice
Introducción
Planificación del Viaje. Que visitar y como hacerlo
Día 11 de marzo de 2017. Madrid – Londres y Londres – Kuala Lumpur.
Día 12 de marzo de 2017. Kuala Lumpur.
Día 13 de marzo de 2017. Taman Negara
Día 14 de marzo de 2017. Cameron Highlands
Día 15 de Marzo. Langkawi
Día 16 de Marzo. Langkawi
Día 17 de Marzo. Langkawi
Día 18 de Marzo. GeorgeTown
Día 19 de Marzo. GeorgeTown
Día 20 de Marzo. Kuala Lumpur y Bukit Merah
Dia 21 de Marzo Kuala Lumpur
Dia 22. Kuala Lumpur - Londres - Madrid
Este año, las fiestas habían sido declaradas patrimonio inmaterial de la humanidad, y se habían convertido en un codiciado destino turístico para este marzo 2017, provocando que los precios de los alojamientos se disparasen.
Pensando también en las previsibles aglomeraciones que iba a sufrir la capital del Turia en tan señaladas fechas, decidí posponer la celebración fallera para otra ocasión más propicia.
Con 12 días de vacaciones por delante, mis ansias viajeras me empujaban a buscar más allá de Europa. Esta vez, quería algo diferente, exótico y lejano. Decidí probar suerte y hacer realidad uno de mis sueños, poner mi pie en Asia, algo el destino me había negado en varias ocasiones.
Con esta idea rondando por mi cabeza, comencé a buscar destinos para los que los ciudadanos argelinos no necesitaran visado o fuese relativamente sencillo conseguirlo.
Bali y Hong Kong, fueron los dos mis primeros destinos que consulté, hasta que llegó el Viernes negro de Noviembre, cargado con una suculenta oferta de vuelos a Kuala Lumpur, de la mano de Iberia y British Airways.
Así, cambiamos las fallas de Valencia por un país del sudeste asiático. Si bien Malasia no era a priori uno de los países más espectaculares, como podían ser Tailandia, Camboya, Indonesia, Singapur o Vietnam, era lo suficientemente apetecible como para considerarlo una opción y lanzarme a investigar sus posibilidades como posible destino primaveral.
Descubrí un país en el que conviven en perfecta armonía una gran variedad de culturas con mucho que ofrecer, y en el que el visitante se siente transportado a China, a la India, Tailandia, o Myanmar y que además de unas buenas infraestructuras, cuenta con todo tipo de atracciones: Una ciudad con un diseño futurista, todavía en fase de construcción, unas islas paradisiacas, naturaleza en estado puro en sus selvas, parques naturales y ríos, y una variada y sorprendente flora y fauna.
A todo esto, hay que añadir la amabilidad y educación de sus habitantes, seguridad para los viajeros, una estabilidad política y económica, unas infraestructuras de las mejores del sudeste asiático, y una variada oferta turística y cultural apta para todos los bolsillos. Malasia es la perfecta puerta de entrada para conocer el sudeste asiático.
Quizás la única objeción era el tiempo, solo disponíamos de 12 días de vacaciones, y esto es un hándicap para un viaje tan largo, al ser imprescindible que los vuelos de ida coincidieran con el primer día de vacaciones, y los vuelos de vuelta, con el último.
Al no haber vuelos directos desde Madrid, el otro problema a priori, eran las conexiones, ya que podían hacernos perder muchísimo tiempo si no escogíamos bien.
De antemano sabíamos que 12 días eran pocos días para un país tan extenso, y que tendríamos que conformarnos con la Malasia Peninsular, descartando además alguno de sus puntos de interés. Pensar en combinaciones con Borneo o Singapur, era simplemente una locura.
Nos costó mucho rechazar la idea de realizar una visita corta a Singapur, la ciudad “casi perfecta”, al ser muy sencillo obtener el visado para un argelino residente español, tan solo 18 euros y unos pocos días, y los españoles no necesitar ningún tipo de visado. Pero tomamos la decisión de visitar Singapur en otra ocasión, pues como mínimo hay que dedicarle unos cinco días y no resulta descabellado pasar una semana entera en el país.
Así pues, visitaríamos Malasia Peninsular. Lo tenía todo a su favor: vuelos por menos de 400 euros, visado a la llegada gratuito para españoles y argelinos, alojamiento y vuelos internos muy económicos, y nivel de vida bastante inferiores a los de España.
Este primer tanteo tuvo que ser muy rápido. El reloj volaba y se acababa el fin de semana del Black Friday. Observamos que los precios de los vuelos, conforme pasaba el día se iban incrementando.
A primera hora de la tarde, los vuelos escogidos, costaban unos 380 euros ida y vuelta, una ganga, puesto que se volaba con British Airways e Iberia en horario nocturno, lo que suponía prácticamente no enterarse del vuelo. Conforme transcurrían las horas, el precio iba aumentando. A última hora de la noche, los precios rondaban los 600 euros.
Al día siguiente por la mañana, los precios se reiniciaban y comenzaban como el día anterior. Por este motivo, esperamos al Domingo por la mañana, que volvían a bajar al precio de partida, para realizar la compra, antes de que finalizara el fin de semana del Black Friday. Y acertamos. Lo hicimos a través de la web de www.viajeselcorteingles.es que nos permitía aplazar el pago en tres meses sin prácticamente gastos. La suerte estaba echada, del 11 al 22 de marzo, estaríamos en Malasia.
Al acabar la oferta, el precio inicial de partida rondaba los 600 euros, y conforme pasaban los días, su precio iba subiendo, hasta alcanzar los casi 1300 euros por persona un mes antes de la salida de los vuelos.
Importantísimo seleccionar los vuelos adecuados. Al no haber vuelos directos desde España y tener que hacer conexión, hay que fijarse bien en el número de horas totales de los vuelos, no es lo mismo embarcarse en una aventura de 17 o 18 horas de duración desde el origen hasta el destino, que de 40 o 45 horas. Además del tiempo perdido, se llega ya agotado. Y puestos a escoger, si es posible, recomendaría aquellos vuelos que el trayecto largo lo hacen de noche. En nuestro caso, al salir de Londres a las 19:00 horas, ni nos enteramos del vuelo hasta Kuala Lumpur. Y Lo mismo a la vuelta.
Tras haber confirmado los vuelos, el resto del viaje, se fue planificando cuidadosamente en los meses previos al mismo y tengo que reconocer que no resultó una tarea fácil: Malasia es país grande y con muchos lugares de interés, y nosotros disponíamos de poco tiempo, mucho menos del recomendable. Iba a ser una tarea titánica exprimir al máximo ese tiempo y un dolor de corazón el descartar algunos lugares porque no había tiempo para todo.